“Toda
nuestra vida es un gran relato en un libro en el que somos los autores”.
En los últimos talleres
de fomento a la lectura y creación literaria hemos estado revisando lecturas
como la de: “Una historia a pie.
Mérida y sus rumbos” de Emiliano Canto Mayén. El cual narra y describe la plaza
grande, haciendo referencia a los monumentos, palacios y casas aun existentes
de la ciudad de Mérida, así como construcciones que han sido destruidas y que
solo quedan pequeñas estructuras. Esta descripción trata de dar a conocer
espacios que antes habían sido habitaciones y hogares de las grandes familias
de la época colonial, y que con el paso del tiempo albergaron nuevas formas
como comercios, museos o simplemente han sido cerrados.
El texto de Canto Mayen permitió de ese modo rescatar 2 cosas e iniciar
con el nuevo género literario: “el épico”. El primero es recordar de acuerdo al
programa un poco de las fiestas del año, una de esas el descubrimiento de
América y a partir de ahí como ha sido la literatura. La segunda cuestión es
rescatar el ambiente en el que se desarrolla el texto, permitiendo imaginar y
situarse en un lugar específico, esto con el objetivo de mostrar una
característica propia del género épico, es decir el contexto en el que se
desarrollan las historias.
Mas aun el género épico lo constituyen aquellas obras en prosa o en
verso, cuyo autor cuenta acciones realizadas por unos personajes, un ejemplo
son los cuentos
que se caracterizan por ser de menor extensión y consiste en un relato breve de
historias inventadas realistas o fantásticas. El cuento ha sido cultivado desde
épocas remotas, y puede ser de puro entretenimiento o de propósito moralizador.
En este último caso recibe el nombre de apólogo. En un espacio de comentarios
los alumnos dieron ejemplos de cuentos con esta característica como la de
pinocho que tiene el objetivo de hacer que las personas específicamente los
niños no mientan, también se hablo de otras narraciones como la de la Xtabay.
Después de los cuentos también se comento
sobre la novela, un genero de difícil definición por su extraordinaria
complejidad y la enorme variedad de formas que abarca, en general se puede
considerar como novela a toda narración en prosa de cierta expresión y que
posea una trama imaginaria, es decir una sucesión de acontecimientos que se
relatan y acaban constituyendo una secuencia completa de acciones. Una
característica de la novela es su verosimilitud, conseguir que el lector no
sienta la ficción como tal y que además de la trama, acción o argumento, la novela
contiene otros elementos, como son el medio o ambiente en que ocurre la acción
y los personajes que se mueven en él. Esto último nos ayudo a contrastar lo que
se había reflexionado en la lectura de la plaza grande de Mérida.
Los jóvenes del Cobay de Kanasín a manera de
ejemplo realizaron la lectura de un cuento del siglo XIX escrito por Amado
Nervo, titulado “Un mendigo de amor”, su lectura fue de manera individual y
seguidamente con el juego de edificios se concluyo con los comentarios de la
lectura.
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