lunes, 31 de octubre de 2011

Concurso de poesía en Tixpéhual

A continuación se presentan los poemas que participaron en el concurso de poesía del COBAY de Tixpéhual. Esperamos sus comentarios.


Concurso interno de poesía en COBAY Tixpéhual


Lunes 24 de octubre de 2011


Poema ganador

Luna que enciende la noche oscura,
Cuerpo que contagia de amor la amargura,
Amargura que suena como las olas del mar,
Brillan luciérnagas esperanzadas
De un incendio que jamás se puede apagar,
Se mueven como algas en el mar
De un amor que jamás pude alcanzar,
Y por eso me quedaron cicatrices
Cicatrices que jamás pude borrar.

Ma. Berenice Hau Cauich




Luna hermosa, tan bonita y radiante como el mar,
Tu resplandor me ilumina como miles de bellas luciérnagas
Alumbrando mi cuerpo, cerrando cicatrices
Como un incendio apagado
Por las algas del mar.

José Alexis Tepal Gómez / Marco Tepal Gómez




Hermosa luna,
Asombroso esplendor
De noche haces vibrar el cuerpo
Al ver el inmenso mar
Y al ver aquellas luciérnagas alrededor
Y de pronto
Sentir un incendio en mi corazón
Y las algas formar cicatrices en mi pecho
Así el sol salga al amanecer.

Grecia C. Silva Navarrete




En las noches de luna llena, sólo suelo recordar, el dulce aroma de tu cuerpo, el cual sólo quiero volver a besar, y tu alma y tu mente son tan inciertos como el mar. Luciérnagas iluminan mi camino, para poderte encontrar, sentir este incendio que quema mi cuerpo, es lo que quiero evitar. Mis algas son como penas que todos pueden hallar. Y en mi alma sólo hay cicatrices por no poderte besar.

Rubí Guadalupe Alonzo Cauich




En la noche,
La bella luna y mi cuerpo
Se unen en el mar,
Sobre mí luciérnagas vuelan
Y hacen un incendio con las algas,
Al final mis cicatrices no sanan,
Todo está totalmente perdido.

M. Paola Villanueva Tzab




Me encontraba bajo la luz de la luna, me pareció sentir el calor de tu cuerpo, Amor. Estar sin ti, el hecho de haberte perdido, era como estar en medio del mar, en esta soledad, pero era el patio donde realmente me hallaba. Las luciérnagas brillan formando tu nombre, y sentí que el dolor de haberte perdido era como un incendio que consumía mi corazón, y a la vez sentía que caminaba y caminaba entre las algas del mar, dejando atrás todas estas cicatrices.

Adriana Aké Mis




Las cicatrices de mi corazón iluminan la luna como luciérnagas en el mar de tu cuerpo, es el paraíso en el incendio del amor, caricias, suaves como las algas, amor sincero, ángel.

Azareli Tepal Bastarrachea

martes, 25 de octubre de 2011

Invention of Love (2010) - Invención del amor (2010)

Les comparto un cortometraje que vimos hoy en el taller, es excelente la calidad y debajo del tema amoroso trata un temática muy profunda. Espero puedan comentar.

http://www.youtube.com/watch?v=PTdzCAGH3lU&feature=related

domingo, 23 de octubre de 2011

Sin libertad, no hay creación ni creatividad, de Miriam Herrera

A continuación presentamos en ensayo ganador del concurso interno del COBAY Kanasin, felicidades a Miriam Herrera de tercer semestre.

“Sin libertad, no hay creación ni creatividad”

"La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia”
Richard North Patterson

Cuántas personas e instituciones no se cuestionan día a día ¿cómo fomentar la lectura, la escritura y la creatividad en los jóvenes?, por esa razón me llamó mucho la atención el darme cuenta que hay demasiada gente sin escribir ni desarrollar sus ideas ni pensamientos, ¿por qué?, esa es la razón por la cual debo decir que en mi experiencia personal nunca he escrito excepto cuando tengo algo muy importante que expresar y mi único confidente es mi diario… ¡Olvido algo!, En este preciso momento estoy escribiendo porque me lo exigen en mi para escolar.

Me parece que la escritura es un tema por el cual todos deberíamos interesarnos, pues nos ayuda a desarrollar un método para mejorar la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos. Me doy cuenta de algo: escribir no es tan malo

A veces hacemos otras actividades que sólo nos hacen perder el tiempo, incluso los jóvenes nos la pasamos en el internet, chateando, ¿y acaso no estamos escribiendo? En realidad toda nuestra vida está llena de palabras, si la escritura no existiera no habría manera de expresarnos. Cuando se nos viene a la mente un escritor enseguida pensamos en “ABURRIDO” y no nos atrevemos a escribir lo que sentimos, incluso a inventar historias divertidas, románticas, o de algún otro interés personal, ¿y por qué no?, si cuando chateamos con una persona que nos gusta escribimos nuestros sentimientos ¿no?, incluso hasta cuando escribimos mensajes del teléfono celular, ¿acaso no estamos haciendo de alguna forma poesía? Además nosotros tenemos el “don” de saber leer y escribir; otros tal vez no tienen la oportunidad de aprender, entonces: ¿hay que desaprovecharlo? No sé ustedes pero pienso que la vida es un libro que escribimos día con día, y en nuestra memoria quedan escritos sucesos; otros, en cambio, se olvidan. Y por qué olvidarlos, si podemos recordarlos al leer, tal vez historias que nos recuerden algo similar o incluso historias escritas por nosotros mismos.

Todo lo anterior se presenta principalmente en los alumnos de bachiller, pues prefiere hacer otras actividades en vez de leer o escribir y también porque no hay actividades que motiven al muchacho de bachillerato. Esto ocurre porque no hay inspiración en hacer actividades relacionadas con la lectura y la escritura, por eso los muchachos prefieren salir, chatear con sus amigos, realizar actividades deportivas, inclusive dormir, que no es que esté mal, pero relegamos la lectura y el desarrollo de nuestra creatividad a otro plano o incluso no lo consideramos como una actividad recreativa y placentera y ahí es donde radica el problema.

Ahora bien, respecto a plantear una solución o alternativa en mi mente hay varias ideas, pero comenzaré con una que me parece fabulosa… ¡Escribir un diario! ¿Interesante, no? Hay pocas personas en las cuales confiar, por lo cual además de confidente esto te ayudaría a conocerte a ti mismo, sería como si el diario fuese tu mejor amigo, puesto que hay cosas que ni a tu mejor amigo puedes contarle ya que tal vez es algo que quieras nada más para ti. El diario y tú son uno mismo. Bueno y la pregunta del millón: ¿cómo comenzar a escribir? Los jóvenes de bachillerato somos muy distraídos, necesitamos concentración, yo la consigo en total silencio y con algo de comida, pero no estaría mal comenzar por leer otros textos, similares o que nos inspiren; por ejemplo, si de escribir un diario se trata que mejor que El diario de Ana Frank.

A pesar de lo anterior, tal vez a algunos no les conmueva escribir un diario, por eso, mi segunda propuesta es que en cada bachillerato sería grandioso que exista una clase de “Creación Literaria” para escribir sobre un tema interesante, o aún mejor, un tema libre para cada pensamiento, tengo entendido que cada cabeza es un mundo, un mundo por descubrir conociéndolo a base de la escritura.

Otra de las propuestas que me parece tendría buenos resultados es buscar temas de interés en el alumno de bachillerato, pues a nosotros nos interesan temas que tengan que ver con algo que nos sea cercano y que nos atraiga de manera que responda a nuestras dudas e inquietudes. De igual manera se podrían realizar actividades literarias en un taller o círculo de lectura como escribir nuestros propios textos que creemos como una forma de expresarnos ,sin un tema específico que nos limite (como normalmente lo hacen los profesores), obviamente necesitamos inspiración y un lugar agradable en donde podamos expresarnos de manera natural; igual se me ocurre escuchar música que relaje nuestra mente y nos permita pensar e imaginar para colocar nuestras ideas en papel.

De los temas que en realidad podrían interesarnos como mencionaba arriba podrían ser el noviazgo, las relaciones sexuales a corta edad, temas sobre la amistad, sentirse bien con uno mismo (tener una buena autoestima), saber manejar nuestras emociones y demás.

Un problema que cabe mencionar en este texto es que suelen los profesores traumarse en un tema y ya no salen de ahí jamás; ejemplo de esto son la drogadicción, el alcoholismo, el tabaco y en general las adicciones. Y saben, TODOS sabemos los riesgos que traen consigo. Por lo tanto considero que a la mayoría de los profesores no les interesa mucho promover la lectura y la escritura, incluso me pregunto ¿los maestros leen?; un adolescente siempre va a hacer lo contrario de lo que le digan, es como un ¡ROMPER LAS REGLAS!, pero definitivamente la lectura se contagia, se da por imitación, si los maestros leyeran y nos motivaran otro panorama vislumbraríamos, si tuviéramos un espacio para compartir nuestras lecturas, nuestros propios textos donde expresemos nuestras ideas, sentimientos, emociones, frustraciones y demás, si pudiéramos compartir con nuestros profesores y padres de familia a través de la creación literaria nuestro sentir, pienso que nos comunicaríamos mucho mejor, porque la lectura es un puente que nos acerca y nos permite expresarnos.

En fin, para concluir, sólo quiero decir que he encontrado que es divertido escribir, pero muchas veces los temas no son adecuados, por ello, habría que hacer una revisión a los temas y también pienso que necesitamos más libertad, sin libertad no hay creación… ni creatividad.

MIRIAM VIVIANA HERRERA RAMÍREZ

Un poema de Jaime Sabines

A los que aman la poesía amorosa, les comparto un poema de mi autor favorito: Jaime Sabines. Espero puedan comentar, el video es muy bueno.
http://www.youtube.com/watch?v=8xhpAXI6NF8
(David Anuar)

lunes, 17 de octubre de 2011

PARA LOS AMANTES DE LA POESÍA: DESHOJAR EL AVE



Deshojar el ave (2009), de Karín Mijangos Maganda. 64 páginas. Editado por el Instituto de Cultura de Yucatán (ICY).


Encontramos en Deshojar el ave una propuesta poética sencilla, que busca golpearnos con imágenes concentradas y sintéticas, como bien dijera Baltasar Gracián, “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, y bien podemos decir que Karín Mijangos, el autor de este libro, ha logrado encarnar esta máxima en la poesía que nos deleita las retinas a lo largo y ancho de este brevísimo poemario. Un ejemplo de estos poemas ultracortos: “No quiero morir, ojalá yo nunca descanse en paz” (64).

El libro de poemas está compuesto por cuatro secciones: “Deshojar el ave”, “hora veintisiete”, “Fotos de familia” y “Despedidas con agua”. En la primera parte, se desarrolla una metáfora total, es decir, todos los poemas giran en torno a la misma relación: se van estableciendo distintas analogías entre “las aves” y “las flores y los frutos”. Por ello, encontramos frutos que vuelan y aves que se marchitan, y de esta forma el autor opera una serie de saltos o transacciones semánticas de tal forma que los pájaros se vuelven árboles, frutos, flores y viceversa. Los poemas de esta sección son los más breves, lo cual nos hace imaginar que esta brevedad va en función de la corta duración de la vida de una flor, o de un fruto, pues una se marchita con las horas, y el otro se pudre con los días. Así pues, los versos aletean ante nuestros ojos y nos dejan con su paso remolinos de plumas y de pétalos: “Pájaro herido / Flor que se marchita” (21), “Un ave es una fruta expatriada que evito el suelo para llevar la vida a todo espacio. Flor que asumió vehemente su afición polinizante” (15) y “Flores migratorias, primavera a domicilio” (17). De igual forma, las aves y las flores se van anudando con recuerdos de seres queridos como la madre y la abuela, y así como los pájaros polinizan a las flores, estos poemas polinizan la memoria de semillas, de recuerdos familiares: “Donde mi abuela oculto a la paloma muerta, crece un alcatraz pequeño” (23), y “Siempre hay una ave deshojada, un aroma sugerido, un vuelo precipitado, que nos poliniza el corazón con un recuerdo, una alegría, una tristeza pasada o una despedida” (29).

La segunda sección del libro, “hora veintisiete”, el autor crea un tiempo y un espacio donde se dan alas a lo prohibido, donde deja florecer toda su amargura y su dolor y también aquellos resquicio de amor. Como bien dice el poeta: “La hora veintisiete / es la más peligrosa” (37), es la hora en que el sueño y las drogas se mezclan en destellos de cuervo. Así pues, asistimos a un banquete nocturno donde el plato principal es el humo del cigarro y el dolor: “En horas de larga noche fumo: quiero paliar la enfermedad de inhalar al tiempo” (34), y “Tengo ganas de fumarte. Fuertemente afanarme en tu piel chocolate con la lentitud del contrabajo” (40).

La tercera sección, “Fotos de familia”, es una escritura catártica, es decir, de desahogo; esta serie de poemas son una larga queja en contra del ambiente familiar en que se creció, una queja contra la ausencia y contra el no saber ser padres de nuestros progenitores: “Escondidos en algún lado de mi casa, he guardado como una rata algunos recuerdos de familia, que reanimaré cuando quiera suicidarme” (43). Por momento hay negación, amargura, resentimiento; pero también hay una búsqueda de libración a través de la palabra poética, del ejercicio de poetizar el dolor: “Su poesía no pide forma ni rima, la necesidad de escribir es similar al deseo de expulsar un cáncer” (48) y “Un día cualquiera sin darse cuenta escriben la frase que los libera y la carencia se allana, instintivamente corren como lemings al abismo más cercano para arrojarse a la vida” (50).

Por último, la cuarta sección, “Despedidas con agua”, como bien anuncia el título, asistimos a un desencuentro amoroso, en donde se hace memoria, con todo su fuego, del acto amoroso, y el recuerdo se vuelve como esa agua, como ese sudor que se pega al cuerpo y que se niega a irse, es como ese residuo que se aferra a nuestros ojos y a gritos clama que no se irá, y no obstante, ese recuerdo sabe que está solo, sabe que el cuerpo de la amada se ha ido, y que ahora ya nada los une sino los frágiles filamentos del agua, del recuerdo: “¿A qué te suena el dolor de mi caída / ahora que no existe beso / que sepa unirnos” (56) y “Vengo / como cada noche / que / me / expande / a erigir la falsa ofrenda y / a prometer que nunca más imprimiré / mis huellas en tus manos” (61-62).

Deshojar el ave es un libro que a pesar de su brevedad se nos queda pegado al paladar como el sabor de una comida que se niega a irse, y este sabor por momentos es festivo, dulce, juguetón, y en otros se torna desazonado, agrio, fuego. Atrévete a leer Deshojar el ave, de Karín Mijangos y adentrarte en un subibaja lírico de una poesía fresca, joven.

David Anuar
Mérida, Octubre 2011
Les comparto otras dos minificciones más, éstas vienen del taller de Tixpehual.
Espero las disfruten. Que tengan un buen inicio de semana!


En medio del bosque, bajo una delgada y fría lluvia, Caperucita corría desesperadamente a la casa de su novio, el Lobo, porque le tenía preparada una sorpresa a Caperucita que nunca en su vida iba a olvidar.

Erick José Puc Tun


En medio del bosque, bajo una delgada y fría lluvia, Caperucita corría… intentando escapar del feroz lobo que la perseguía desde lo profundo del bosque. Sin saber qué hacer, Caperucita entró exaltada a una pequeña cabaña que vio desde lo lejos; con el lobo detrás de ella, al abrir la puerta, un viejo parado con una escopeta en la mano tiró un balazo: escuchándose el sonido de un pequeño cuerpo cayendo al piso.

Andrea Navarrete

sábado, 8 de octubre de 2011

"OLAS AMARGAS"

Autor: Laura Canché

Olas amargas que vienen y van

olas que dañan a mi soledad

soledad que no estÁ tan sola sino,

con las olas de la irrealidad.

Las olas amargas queman mi alma

y encenizan a mi espíritu

ardiendo con un calor que penetra

y me vuelve esclavo de mi mismo.

Mi mirada está cegada por las olas amargas

que nublaron el camino de mi alegria

y turbaron con excelencia mis pensamientos,

mis sueños, mis dias de triunfo.

Me sumerjo en el mar del olvido

donde las olas amargas se esfuman;

se llevan mis días de luto, que entristecen

la alegria de mi mirada, la luz de mi mundo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Algunas minificciones del taller

A continuación se presentan tres minificciones, resultado del trabajo del Taller con los jóvenes de tercer semestre de COBAY kanasin:


En medio del bosque, bajo una delgada y fría lluvia, Caperucita corría, cada vez más rápido. El lobo era cada vez más veloz. Las ramas golpeaban la cara de Caperucita, su ropa se rasgaba. Ella se detuvo a unos pasos del acantilado, se volteó y quedó cara a cara con el lobo; dio un paso hacia atrás, y se tropezó y empezó a caer.

-¡UFF! ¡qué bueno!, sólo fue un sueño…
de Yeni Herrera




En medio del bosque, bajo una delgada y fría lluvia, Caperucita corría y no veía lo que estaba pasando a su alrededor, hasta que volteó y pudo ver el horroroso bosque lleno de personajes siniestros.
de Yuliet Canto




En medio del bosque, bajo una delgada y fría lluvia, Caperucita corría… corría del lobo, ya que estaban jugando carreritas y él le iba a ganar…
de Karina Aguilar